El uso de mascarillas por toda la población está funcionando para parar la propagación del coronavirus en países como China y Corea. Investigaciones y expertos nos hablan del error que supone no usarlas en Europa. Las mascarillas detienen las gotitas que echamos al toser o hablar y esto ayuda a que el virus no se siga propagando. Pedimos al Gobierno que se obligue a su uso en España en todos los lugares públicos, al igual que ha hecho Austria en supermercados. Si no se dispone de mascarilla homologada, vale con un pañuelo o máscara casera. Lo importante es que impida esa circulación de partículas que transportan los virus. Eso será una ayuda clave para frenar la propagación en estos momentos de gran esfuerzo social.