Solicito firmas para prohibir la venta de pirotecnia con detonaciones que superen los 60 decibelios.

Las detonaciones de los cohetes pirotécnicos afectan especialmente a los oídos de bebés y personas autistas, entre cuyos síntomas está la diferente percepción de sonidos, imágenes u olores.
Con estos ruidos, estas personas se desconciertan y asustan y pueden llegar a sufrir convulsiones, salir corriendo o perderse en lo que ellos perciben como una ciudad bombardeada, llegando a autolesionarse debido al miedo o la angustia.

La pirotecnia, además, supera los decibelios que pueden soportar animales de compañía, como perros o gatos, y fauna silvestre.
La Organización Mundial de la Salud asegura que los fuegos artificiales convencionales no son adecuados para las personas. Las detonaciones más potentes superan los 150 o 170 decibelios, lo que pueden generar daños en los oídos de las personas, cuyo umbral máximo de ruido se cifra en 120 decibelios.