Las personas no son uniformes son diversas, en cuanto a sus orígenes, raza, color, capacidades, sexualidad, género, y seguro que se me olvidan muchas. 

Pero hay algo que vincula todas esas diversidades de alguna manera, la infancia. Los niños y niñas lo son en cuanto que comparten edad y también en cuanto a que su personalidad se está formando.

Durante estos días los medios de información se hicieron eco de varios problemas habidos en campamentos de verano respecto a niños y niñas con discapacidad. Ignorar la riqueza que proporcionan a ambas partes la convivencia de personas diversas es realmente increible.

Por eso mi propuesta es que se legisle, al igual que existe en otros aspectos ( incorporación al mundo laboral, accesibilidad, etc) a favor de que los campamentos de verano sean inclusivos. En lugar de ver en ello un problema, es necesario ver una oportunidad.