Los bancos españoles han decidido cobrar unas comisiones abusivas a sus clientes por el simple hecho de tener una cuenta bancaria.
Los pensionistas, los empleados públicos y quienes contratan con las Administraciones Públicas y muchísimos particulares están obligados a domiciliar en los bancos el ingreso de sus pensiones, salarios, cobros y pagos. Esta cantidad ingente de dinero ingresada en las entidades financieras favorece el negocio bancario. Por lo tanto, resulta abusivo e injusto que los bancos cobren dinero a quienes les proporcionan dinero líquido por estar obligados a mantener cuentas bancarias.
El Gobierno de España y el conjunto de las Administraciones Públicas deben impedir esta usura bancaria o, en su defecto, dar la orden de pagar en metálico el importe de las pensiones, los salarios de los empleados públicos y el pago a sus contratistas y proveedores. Y que los interesados decidan si el dinero lo guardan en una caja fuerte, debajo de un colchón o lo meten en un banco.