No se trata de oponerse sistemáticamente a las medidas a las que estamos siendo sometidos. Se trata de exigir pruebas de que son adecuadas y coherentes. 

Nuestras vidas están cambiando y no es a mejor, precisamente. Desde el confinamiento a la adopción de la obligatoriedad de llevar mascarillas, la salud y la economía de los ciudadanos está siendo masacrada.

Se está haciendo uso del miedo para someter a la población, bajo la amenaza de sanciones económicas y exclusión social. Hemos visto morir a familiares y amigos en la más absurda y triste soledad. Tratan de héroes a los que callan y aceptan sin cuestionar cualquier medida y de locos y antisistema a los que no nos creemos todo sin más y buscamos un poco más allá y escuchamos a expertos que están gritando y siendo silenciados por no seguirles el juego.

Nuestros gobernantes parecen estar muy seguros de que vamos a seguir acatando todo cuanto nos impongan, sin cuestionarnos la autenticidad de las razones, aunque ello redunde en el perjuicio de nuestra salud, la pérdida masiva de empleo y la consecuente caída de la economía.

Decisiones de este rango que afectan a la salud pública y especialmente a la de nuestros mayores e hijos, no puede tomarse a la ligera por motivos puramente políticos, sino bajo la estricta supervisión y asesoramiento de profesionales altamente cualificados del sector de la medicina. 

Tenemos y exigimos al gobierno, el derecho a estar informados de la existencia de un comité de expertos cualificados en materia de sanidad. Queremos nombres, y cualificación profesional de dichos profesionales.

Esta petición es muy simple y a la vez enormemente importante. Firma para que no nos exijan la adopción de sus nuevas normas sin que tengan que autentificar su procedencia. 

Hoy podemos cambiar el rumbo de esta locura que han titulado COVID-19