Es aterrador lo que pasó este fin de semana en el municipio de Tibú, en Norte de Santander. Aún no me cabe en la cabeza hasta dónde hemos llegado como colombianos para no aterrarnos, e incluso alegrarnos, por el vil asesinato de dos niños que fueron encontrados robando en una tienda de ese municipio.

Los niños, de 12 y 18 años, fueron retenidos por comerciantes de la zona, que afirman haber llamado a la policía, pero esta nunca llegó. Sin embargo, minutos después unos hombres fuertemente armados habrían llegado al lugar y se habrían llevado a los niños para asesinarlos.

Las imágenes son desgarradoras. Los niños fueron amordazados y asesinados a orilla de la carretera. ¿Cómo es que seguimos siendo cómplices de estas barbaries? ¿Cuándo aprenderemos que la justicia por mano propia nos hace igual o peores personas que los mismos delincuentes? ¿Acaso no se dan cuenta que matar a un ladrón nos convierte en asesinos?

NADA justifica la muerte violenta de un par de niños. ¡Eran niños! Ya ni los niños se salvan de nuestro accionar violento, qué horror.

Por eso, creo que es necesario unirnos para exigir justicia. Ya basta de excusas y comunicados vacíos de las autoridades. Si el hombre al que le entregaron los niños está plenamente identificado y hace parte de las disidencias de las FARC, qué espera la Policía para capturarlo. ¿Dónde está la presencia del estado en territorios así?

No podemos normalizar crímenes como estos y menos cuando las víctimas son niños. FIRMA y COMPARTE esta petición para ayudarme a exigir #JusticiaPorLosNiñosDeTibú