Rogamos expulsen a Fran Rivera del programa 'Espejo Público' de Antena 3 (Atresmedia). El torero, que ejerce de colaborador, no duda en dar muestra de su machismo y homofobia, como ha ocurrido recientemente con sus puntos de vista acerca del caso de la trabajadora de IVECO y sobre el Orgullo LGBT+.

Hoy más que nunca, los medios de comunicación deben aplicar una ética periodística: la exaltación del odio no puede escudarse en 'la libertad de expresión' o en la 'opinión personal'. Siendo así, 'Espejo Público', agravado por su alcance y poder de influencia social, es cómplice de cuantos delitos de odio hacia la mujer (feminicidios) o hacia la comunidad LGBT+ se produzcan en España.

No se trata de censura ni de un alegato de 'ofendiditos', se trata de una urgente toma de conciencia social, y de responsabilidad empresarial y civil. No se trata de una una caza de brujas, sino de la adaptación como medios de comunicación a un escenario nuevo en el que el apoyo a la diversidad no es una elección: es una obligación ciudadana y corporativa, para empresas públicas y privadas.

En definitiva, no hablamos de leyes, sino de ética y, sobre todo, de apoyo a los derechos humanos. Porque los derechos de la mujer y de la comunidad LGBT+ son eso, derechos humanos. Y toda manifestación en un medio de comunicación, especialmente de masas, en contra de los derechos humanos es moralmente reprobable y revisable.

Estas intervenciones deben dar más que jugosos titulares: deben provocar una reflexión global y una toma de medidas consecuentes y responsables tanto por parte de audiencia como por parte del sector de la comunicación.