Mi petición se basa en las traiciones de los sindicatos a los trabajadores de este país.

Si los sindicatos de este país no estuvieran subvencionados por el Estado y solo vivieran de las afiliaciones, creo que no existirían las traiciones sindicales, como la ocurrida en la firma del convenio del sector del metal de Pontevedra. 

Los sindicatos CC.OO y UGT firmaron un convenio incluso por debajo de lo que proponía la patronal, con el consiguiente y justificado cabreo del sector del metal de la provincia de Pontevedra.

Por lo tanto mi petición al gobierno de turno es que los sindicatos dejen de estar subvencionados por el Estado y que sobrevivan únicamente de las afiliaciones y que la afiliación a un sindicato sea obligatoria para cualquier trabajador para que trabajen por y para los trabajadores.

Creo que esta es la única manera de que los trabajadores de este país recuperen sus derechos porque de otra forma y estando comprados por el Estado nunca van a defender los derechos de los trabajadores y se plegarán como hasta ahora a los deseos de Estado y patronal.