El difícil curso escolar que está a punto de comenzar se inicia lleno de inseguridades y con una alarmante improvisación por parte de la Consejería de Educación de Madrid. A ello se suma la campaña publicitaria dirigida a los madrileños donde se nos quiere tranquilizar con el aumento considerable del número de profesores. 

Los que llevamos en esto más de treinta años dudamos de las palabras de políticos y consejeros de Educación.

La Comunidad de Madrid es una de las pocas  de España que no ha devuelto a los docentes la situación laboral revertida por la anterior crisis económica. Sufrimos entonces el aumento horario con el consiguiente aumento del número de alumnos. Y así seguimos. 

La Comunidad de Madrid es una de las pocas de España que incumple sistemáticamente la reducción lectiva conseguida para los docentes mayores de 55 años. Se antepone como siempre los ajustes y las plantillas bajo presión a los derechos de los trabajadores. 

Es incomprensible que una persona a punto de jubilarse tenga la misma carga horaria que un profesor de 25 años. No trabajamos con papeles ni con pantallas. Nuestro trabajo pasa por lidiar todos los días con un centenar de adolescentes en aulas saturadas. Sumemos a todo esto la dificultad que se nos viene encima en breve. Hace falta mucha energía cuando una casi roza los sesenta años para que se le exija la misma que a los 24 cuando comenzó en esto. 

En nombre de todos los profesores que nos hemos dejado la piel y la voz en las aulas durante tanto tiempo, pediría un poquito de dignidad para nosotros. Es contradictorio orquestar una campaña política donde se vende una rebaja de ratios y un aumento de profesores y no tenernos en cuenta. Sabemos del desprecio de los políticos españoles de todo signo por la Educación pero a lo mejor en algún momento habrá que reflexionar y cambiar. Y luego queremos ser como los finlandeses y los alemanes. 

aumentar la plantilla de