FUERA LA INMUNIDAD DEL EMÉRITO JUAN CARLOS

FUERA LA INMUNIDAD DEL EMÉRITO JUAN CARLOS

Ya hemos llegado al hastío de los desmanes de este individuo. Me niego a ser un espectador pasivo mientras el poder del Estado le da cobertura jurídica sin que manifiesten la más mínima señal de crítica institucional. La monarquía debe caer porque sus actos lo reclaman a gritos. El emérito Juan Carlos debe perder su condición de "inmunidad" que le adjudicó el legado del criminal dictador Francisco Franco y debe ser juzgado y sentenciado como sería el caso a cualquier otro ciudadano o ciudadana, lo sabemos pero no lo decimos. La corrupción de este individuo mucho más allá del delito fiscal. Sus fechorías forman parte del código penal, con posible pena de cárcel si se juzgara justamente. Por mucho menos nuestras cárceles están llenas de personas.
España necesita una regeneración colectiva, pasamos de un régimen fascista como fueron "los principios fundamentales del movimiento", que desarrolló unas concepciones enfermizas que muchos vivimos en las escuelas del franquismo. Las proclamas de falange indicando como debía ser el comportamiento de cada uno y una de los miembros de la familia y con el propio régimen, sus canciones cantadas hasta la saciedad en los campos de concentración, en los batallones de prisioneros esclavos, en las cárceles, en los cuarteles, en los centros educativos, en los campamentos de verano de falange.
Pasamos en 1976 a una esperanza nueva, cargada de simbolismo e impregnada de las letras de las canciones de folk y de rok, así como de nuestra música contestataria, mucha de ella mamada de las luchas de liberación latinas. Algunos pensamos que podríamos construir una nueva sociedad donde nuestros hijos y nietos se educaran con conciencia colectiva basada en el bien común, los derechos humanos y en la justicia social. Lo quisimos implementar en los planes educativos como asignatura "educación para la ciudadanía".
Pero eso duró poco, pronto llegó ese pensamiento egoísta y delictivo de aprovecharse del bien común en beneficio propio. Tenía su raíz en el propio franquismo, en donde el patrón tenía a su servicio al poder local o provincial, incluso el nacional para grandes empresas, todo en el camino de la utilización de la riqueza colectiva para enriquecerse personalmente. Esta práctica volvió en democracia por la cultura rural impuesta desde el latifundismo y llevada a cabo por una parte de la clase política. Fue un cáncer de nuestra democracia que creció al mismo ritmo que crecía la riqueza nacional. PP y PSOE fueron los grandes beneficiarios. Vista la historia del rey emérito cabe pensar que esta inmunidad se proyectó a esa clase política que sí conocía los desmanes y corruptelas de la corte, puede que fuera el laboratorio de donde surgió el virus.
La realidad actual es que toda esta "mierda" ha contaminado a la sociedad civil de tal modo que las instituciones del Estado nunca estuvieron con una credibilidad tan baja y eso sólo beneficia a VOX , ese partido fascista que ha venido a restaurar la España de la cual salimos con dificultad y nunca acabamos de deshacernos de ella. Ahora es el momento de hacerlo. Exijamos la eliminación de la inmunidad del emérito totalmente y limitemos la inmunidad de su hijo Felipe VI a los asuntos de Estado, cualquier otra acción que no tenga que ver con su condición de gobierno pero si con infringir las leyes que tenemos, debe ser aplicada sin contemplaciones.