La pirotecnia es un arte milenario asociado al patrimonio cultural, que contiene nuestras tradiciones ancestrales y que merece ser protegido y respetado como otras manifestaciones culturales que pertenecen a la idiosincracia del pueblo colombiano. Los ingenieros militares de la antigüedad, que diseñaron e hicieron explotar los fuegos artificiales, entendieron la emoción especial que provoca una exhibición aérea, así como el placer de disfrutar su fugacidad y evanescencia. Durante siglos han sido sinónimo de libertad, alegría y celebración en momentos importantes y conmemorativos. En la antigüedad se creía que el sonido explosivo de los petardos asustaba y alejaban a los espíritus malignos, que de lo contrario podían traer mala suerte. 1.HISTORIA ANCESTRAL: Los primeros registros de artefactos similares a la pirotecnia existen desde hace más de 2000 años, con un bambú lanzado al fuego en China. Al expandirse el aire en el interior, éste explotó.  Los aldeanos decidieron que era un buen modo de ahuyentar a los espíritus y aprendieron a dominar la combustión para generar fuegos artificiales. La mecha se encendió entre el año 600 y el 900 cuando alquimistas chinos combinaron azufre, carbón y salitre, aprendiendo a manipular el fuego. Cuanto más oxígeno tenía el salitre, mayor era la explosión. Desde antes del año 1500, estas técnicas químicas para generar destellos, sonidos y efectos en el cielo, se importaron a Europa, iluminando la boda de Enrique VII en 1486 y acompañando el reinado de Isabel I durante el siglo XVI. Así mismo, el nacimiento de EE.UU como una nación independiente de Inglaterra fue celebrada con suficientes artefactos pirotécnicos como “para iluminar toda la ciudad de Washington” - una tradición que permanece hasta hoy en día cada 4 de julio. Hoy en día, llamamos “pirotecnia” a todos esos dispositivos preparados para generar en su interior reacciones como chispas, humo, destellos, debido a una combustión que no necesariamente termina en una explosión. 2. PIROTECNIA LEGAL EN COLOMBIA:   En Colombia, la pirotecnia también se ha asociado a estos momentos de cambio, evolución y catarsis, estando presente desde tiempos de la colonia en las fiestas patronales y religiosas de todo el país, especialmente en aquellas que ocurren en Diciembre. Como una nación con una fuerte tradición en pirotecnia, heredamos de España este ritual de celebración que hasta el día de hoy permanece y sigue acompañando la cultura de pueblos y grandes urbes por igual. A pesar de esto, vemos que en el país no hay institutos, colegios o universidades donde se pueda aprender el oficio de la pirotecnia. Estos son saberes que se han ido desarrollando de generación en generación y  donde existe una necesidad de empezar a proteger esa sapiencia, porque dominar el fuego no es logrado por cualquier persona. Así mismo, estos espacios son fundamentales para evolucionar tales saberes. Desde la Federación Nacional de Pirotécnicos - FENALPI, organización gremial que reúne a los pirotécnicos formales y artesanales del país, invitamos a todos los colombianos a que conozcan y se acerquen a esta tradición artística y cultural, en la que existen varias generaciones de artesanos nacionales dedicados a la práctica de pintar el cielo para dejar una huella en la memoria. En este sentido, la pirotecnia y la historia está fuertemente relacionados, porque el cielo no es algo que merezca ser manipulado por cualquier razón. A pesar de que la pirotecnia es un arte respetado en todo el mundo, tanto en países desarrollados como en vía de desarrollo, cada año la opinión pública colombiana ataca a la actividad, solicitando una prohibición absoluta e ignorando que existen regulaciones -La Ley 670 de 2001, la Sentencia C-790/02, el decreto 4481 de 2006 y la Ley 1801 de 2016, que establecen su carácter legal y la alejan de lo ilegal, invitando a los mandatarios regionales y locales a que regulen correctamente y de manera técnica la actividad. Sin embargo, esto nunca ocurre, porque es beneficioso realizar generalizaciones de que el grueso de esta expresión artística es igualmente peligrosa y perjudicial para la vida. Pocas personas saben que la pirotecnia está dividida en categorías en función de su riesgo, que en el país ya está prohibida la compra de productos informales en las calles por parte de los ciudadanos y que es una violación de la ley usar estos productos bajo efectos del alcohol o permitir que sean utilizados por menores de edad. Ni siquiera una bengala puede ser manipulada por niños, niñas ni adolescentes. Los medios se limitan a registrar los lesionados de Diciembre, pero casi ninguno informa que entre 40% y 50% de los casos involucran el uso bajo efectos del alcohol, mucho menos las multas puestas por tal comportamiento irresponsable. 3. EL DERCHO A EVOLUCIONAR Y A INNOVAR DE LA PIROTECNIA:  Hasta hace pocos años la mayoría de los espectáculos se disparaban a mano, es decir, el pirotécnico daba fuego directamente a la mecha. En la actualidad, los castillos de fuegos se disparan a distancia, mediante inflamadores eléctricos. Con esta técnica se ha mejorado considerablemente la seguridad del personal, ofreciendo una mayor libertad a la hora de crear grandes espectáculos de fuego desde diferentes puntos. Estos grandes avances en pocos años han logrado que podamos ser testigos de eventos como los piromusicales, donde los petardos van al ritmo de la música. Este año, los políticos animalistas han salido a medios para exigir prohibiciones gracias a las afectaciones que los ruidos de la pirotecnia generan a animales de compañía y flora silvestre. De nuevo, acuden a las generalizaciones. No mencionan que sólo entre 30% y 40% de los animales de compañía experimentan afectaciones, desconocen que la pirotecnia ya ocurre dentro de rangos de sonido de entre 90dBs y 120dBs (similares a los de cualquier concierto de música) y se refieren a la actividad como si todos los productos fueran uniformes, generando una afectación similar. De nuevo, es mejor malo conocido que bueno por conocer. Las afectaciones a animales se generan más que todo por la características de los sonidos de la  pirotecnia detonante, que produce explosiones difíciles de comprender por los animales de compañía y los silvestres. En este sentido, la afectación por angustia y miedo es similar a la que puede generar un rayo o una tormenta con truenos. Aunque pueden existir situaciones extremas como la muerte, existen mecanismos y estrategias ya comprobados por la ciencia veterinaria para mitigar estas afectaciones, que hacen ver la prohibición como la solución más extrema de todas. Existen productos lumínicos que ocurren en frecuencias bajas y con materiales específicos para mitigar impactos ambientales, y unos sonoros que poseen diferentes rangos de detonación. Es injusto y no es cierto, afirmar que la pirotecnia es una actividad por completo lesiva, que genera afectaciones como la muerte a los animales, en tanto no toda la pirotecnia es igual ni produce los mismos efectos. Por esto, exigimos que medios de comunicación y políticos de la causa animalista, no desinformen a la ciudadanía ni a la opinión pública y que se establezcan mesas técnicas en las cuales se analicen las afectaciones por medio de la bibliografía científica existente, para dimensionar de manera más precisa los impactos y plantear una diversidad de estrategias para mitigarlos, que van más allá de una prohibición y que parten de reconocer el valor cultural e histórico de nuestro oficio. Firma esta petición si apoyas el carácter artístico e histórico de la pirotecnia y crees que debe ser reconocida como un oficio asociado al patrimonio cultural del país, de tal manera que pueda ser protegido y desarrollado apropiadamente, impulsando la creación de nuevos saberes y prácticas artísticas que mitiguen cualquier impacto adverso demostrado y cuantificado de manera precisa en la literatura de la ciencia veterinaria disponible.