democracia pluralista y sin violencia

democracia pluralista y sin violencia
Carta en defensa de una democracia pluralista y sin violencia
La historia de las agresiones públicas a representantes políticos en Chile es, por desgracia, larga y siempre igualmente indignante, quién quiera que sean los agresores, quien quiera que sea su víctima. Si ya es reprensible el ataque verbal a la persona, en vez de antagonizar a sus argumentos (ataque ad hominem), mucho más lo es cuando ese ataque es físico o contra su libertad de movimiento.
Solo la semana pasada hubo una funa a Yasna Provoste y un ataque a Gabriel Boric. Lamentablemente se han hecho comunes escenas donde el otro deviene un enemigo a quien agredir; en vez de un adversario a combatir con ideas. Lo primero responde a una concepción autoritaria de la política y la sociedad, y lo segundo a una idea pluralista y democrática de ella.
En la larga historia de agresiones de este tipo, el enemigo es típicamente de un grupo que todos reconocen como opuesto, de la otra ala política normalmente, aunque la odiosidad ha alcanzado también a tomar la forma de ataques sexistas contra mujeres en cargos políticos, o racistas de la misma índole. La funa a Provoste parece responder a este patrón de enemistad política. El caso de Boric es distinto pues mientras el mismo se identifica con los contenidos de las luchas de quienes lo han agredido, estos lo ven como su enemigo político.
En ambos casos los y las agresore/as se ponen en el lugar de justicieros populares. Los responsables son los agredidos. El agresor deviene víctima y la víctima del ataque el agresor original. Los actos violentos del agresor nunca son el origen de la violencia; ellos son solo la consecuencia de la violencia recibida. El agresor no es responsable.
El problema es que este tipo de relato de justificación parece encontrar eco en no pocos, y esto es lo verdaderamente preocupante. Esto está ocurriendo en la macro-política, pero también en el vecindario, en las universidades y escuelas. Este autoritarismo y estas formas de justificación de la violencia está particularmente presente en sectores de izquierda, hay que decirlo con toda claridad.
Es precisamente en un escenario como este donde, como lo ha hecho Boric, se hace más valorable aún el ir al encuentro de esa cultura autoritaria expresada en la funa, la violencia verbal y física; ir a enfrentarla de manera valiente, con diálogo, en persona, con la mera y simple humanidad.
Firman:
Adriana Delpiano
Carlos Ominami
Catalina de la Cruz
Daniel Grimaldi
Eduardo Vergara
Jaime Gazmuri
Luís Maira
Matías Reeves
Mauro Basaure
Nicole Garrido
Nivia Palma Manríquez
Paulina Elissetche
Paulina Saball
Pedro Güell
Sergio Bitar
Víctor Barrueto