Geriátrico público en el edificio del Museo en Torremolinos

Geriátrico público en el edificio del Museo en Torremolinos

Geriátrico público en el edificio del Museo en Torremolinos
En esta nación de la solidaridad y donde cada vez hay más ancianos, los auténticos pobres de nuestro país son los mayores. Recientemente, una mujer que tenía mucha afinidad con mi familia falleció sin haber cumplido los 70 años. Su enfermedad prolongada y sufrida le obligaba a recibir diariamente un tratamiento sanitario y unos cuidados que no los ofrecía ningún geriátrico. Por decir una cantidad aproximada, abonaba 3.000 euros. La residencia está ubicada en Arroyo de la Miel (Benalmádena). Mientras allí estuvo, vivió como una reina enferma. Cuando falleció había espacio para que pudiesen llorar los dolientes. Que en paz descanse.
Hay ancianos de Torremolinos que están viviendo con una paga de jubilación que no llega a los 900 euros. Con muchísima razón, cuando me visitan en el Liceo Blas Infante, me dicen "Bartolomé, cuando ya no me pueda valer por mi mismo y alguien me tenga que cuidar, ¿a dónde voy?". "Mis hijos, mis nietos tienen sus problemas, no tienen dinero para pagarme un geriátrico privado". "Cuando voy a Asuntos Sociales me colocan en una lista que nunca se sabe cuando me llamarán, normalmente suele ser después de muerto". O, en el mejor de los casos, a mi amigo Juan que lo han mandado a Cádiz o a mi amigo Paco, que lo han llevado a Estepona. Según sus familiares han sido unos afortunados al encontrar plaza en un geriátrico público.
Hace diez o doce años, no recuerdo bien, solicité al Alcalde de Málaga que Tabacalera antes de ser el Museo Automovilístico y el Museo Ruso, se habilitara para ser un gran geriátrico para Málaga y Andalucía. Puse pancartas en las rejas exteriores de Tabacalera, repartí miles de octavillas solicitando un geriátrico público y gasté mucha más energía de las que correspondía a mi cuerpo. Nunca tuve una simple contestación. Todos los proyectos que se han ubicado en Tabacalera, nos han costado muchísimo dinero a los malagueños. El geriátrico público estaría a cargo de la Junta de Andalucía. Se habrían creado cientos de puestos de trabajo.
En Torremolinos, se empezó a hacer hace más de seis años un museo tradicional, lo emprendió el alcalde de entonces, Pedro Fernández Montes. Este edificio para museo que está a medio terminar jamás será finalizado como tal, porque la idea surgió del alcalde anterior, que es de distinto partido político al que gobierna en la actualidad. El equipo de gobierno dice que quiere hacer una jefatura para la policía local. Le juro por mis tres hijos y por mis tres nietos que la Police Station de Scotland Yard de Londres se quedaría a la altura de un piso familiar de los que hacía Girón de Velasco.
He defendido el Museo de Torremolinos con mi cuerpo y mi alma, porque yo ya lo que tenía que comerme y beberme lo tengo al completo. Pero, después de entender, de ver, de escuchar voy a luchar con todo lo que haya vivo en mi cuerpo para que tengamos el mejor geriátrico de Andalucía, para que nos cambien los pañales a diario, para que cuando lloremos y gritemos pidiendo una pastilla o inyección para el dolor haya un sanitario que nos escuche. Y que cuando fallezcan los abuelos, no nos entierren de tapadillo.
Bartolomé Florido
Presidente de la Asociación ¿Yo? ¡Producto Andaluz! y fundador del Liceo Cultural Blas Infante de Torremolinos