La dejadez y falta de interés de las autoridades municipales de Los Llanos de Aridane, con competencia en muchas de las necesidades acuciantes surgidas de la reciente y prolongada crisis volcánica en La Palma han sido más que patentes, especialmente en lo que respecta a los ciudadanos fallecidos que descansaban en el Cementerio de Las Manchas y han quedado trágicamente cubiertos por la lava el pasado 25 de noviembre.

Quiero aquí hacer un llamamiento a todo el mundo sensible al tema, pero en especial a aquellas personas que también tengan seres queridos allí doblemente sepultados para animarlos a que se armen de coraje y no permitan que las autoridades cierren el tema diciendo que no se puede hacer nada por liberar a quien está cubierto por la lava. ¿Quién ha dicho que no se puede hacer nada? ¿Cuáles son los argumentos? Se puede y sobre todo se pudo.

La parte más humana de esta catástrofe está quedando irremisiblemente solapada con el paso de los días, las semanas y los meses. El no preocuparse de buscar soluciones para esta faceta de la tragedia, deja ver con nitidez la enorme indolencia y la poca altura de miras de muchos de los gobernantes implicados, que dejan ver con su actitud que no se ponen ni quieren ponerse en la piel de los damnificados.

Todavía a día de hoy, varios meses después de que la lava recorriera el Cementerio de Las Manchas, los afectados por esta tragedia, a quienes duele y aterroriza la idea de imaginar que los cuerpos de aquellos seres que queríamos y queremos estén ahí inhumanamente abandonados, no sabemos a ciencia cierta que se piensa hacer con ellos.

No se puede tolerar que quienes están ahí se conviertan también en víctimas de la desconsideración, la desatención, la despreocupación, la insensibilidad y en suma, del olvido. Que queden privados de la dignidad humana que todos sin duda merecen.

Las autoridades en ningún momento han manifestado la intención de proteger el camposanto de la posible entrada de la lava, más bien se ha abandonado a su suerte impasiblemente. Tampoco ahora se da ningún paso adelante por reestablecer la dignidad de nuestros difuntos, explorando posibilidades de recuperar sus restos.

Es prioritario que se dignifique y respete sin paliativos la memoria de quienes, después de una vida de trabajo y esfuerzo por el bien de su municipio, han terminado bajo la lava que está impidiendo a sus seres queridos honrarlos como se merecen.

Estas reflexiones podrían seguramente ser la descripción viva de la realidad de muchas otras personas que se ven reflejadas aquí y que desearían fervientemente dar visibilidad a sus seres queridos, por justicia, por sensibilidad, por piedad y por dignidad…

Os apelo para que apoyéis esta petición y denunciéis esta inhumana situación.